46 minutos de comedia surrealista, la cual retrata la historia de Simón, un asceta del siglo IV que, cual Jesucristo redivivo aspira a ser digno de Dios siguiendo un camino de ayuno y oración. Lo que envuelve al iluminado, es un séquito de monjes que lo adoran y unas cuantas gentes. Lo mejor de todo para mi es ver a la señora Silvia Pinal en el papel de Satanas, tentando de varias formas muy curiosas a Simón. Es encantador verla encarnar al demonio, y hacerlo en forma de colegiala con ligueros, de pastor con una barba postiza o salida de un ataud que llega arrastrándose solo, mostrando el pecho.