Es una película muy divertida que brinda una alegoría sociopolítica sobre la situación y devenir colectivo en el país transalpino de los años 60, desde los comunicados filosóficos de un parlanchín cuervo.
Lo mejor de esta comedia son estás imágenes de contacto y diálogos entre los frailes y los pájaros, ubicadas en el cuento medieval relatado por el perspicaz córvido. Las actuaciones me parecieron soberbias, tanto del gran Totó, como de su hijo, un sensacional Ninetto Davoli.