Descubrí que Malcolm McDowell no fue descubierto por Stanley Kubrick . Oh Lucky Man!, película es e la temible combinación entre capitalismo y conservadurismo. Es también un magnífico musical con algunas de las canciones más ácidas que dio el cine, a cargo de Alan Price , una extraordinaria muestra del irreverente humor inglés y una increíble comedia. Hollywood nos ha acostumbrado a que las megaproducciones duren tres horas, y pocas de ellas, recubiertas en solemnidad y espectacularidad, justifican esa extensa duración. Oh Lucky Man! es también deliciosamente descarada en ese departamento: ¿por qué no tomarse tres horas para hacer reír, para parodiar, para destruir o para reinventar? Tal vez en este aspecto entendió Anderson a Voltaire: la risa no es impedimento para decir las verdades más crudas, aún las que no nos dejan oír.