Documental que podría haberse
limitado a contarnos todas las dificultades vividas por el equipo de producción
de Fitzcarraldo, momentos que incluyen desde un conflicto entre las tribus autóctonas
de la selva de Iquitos (donde se filmó Fitzcarraldo) hasta las inclementes
condiciones geográficas y atmosféricas típicas de tan difícil paisaje, no
obstante el largometraje prefiere ahondar en el efecto que todas estas
calamidades tienen sobre el equipo de trabajo y sobre la película misma. Entre todas las situaciones que se
van dando a lo largo del camino, quizás sean las reflexiones propias de Herzog,
las que llevan el hilo conductor de la historia. En especial cuando reconoce su
insignificancia ante la fineza de la selva que ha elegido para filmar su
película. Irónicamente la historia del personaje se asemeja a la historia en
vida del propio Herzog, quien es capaz de pasar las mil vicisitudes con tal de
conseguir un sueño que parece tener sentido solo para el.